El Mundial de 2026 es uno de los eventos deportivos más esperados, y Monterrey, como parte de la sede, ha generado grandes expectativas. Sin embargo, el papel del gobierno estatal de Nuevo León en la organización de este evento es muy limitado. A pesar de que el gobierno municipal de Monterrey tiene el control de la organización, el gobernador Samuel García ha estado destacando su “gestión” sobre el Mundial, lo que ha causado confusión y críticas por parte de algunos sectores.
En medio de este escenario, la administración estatal enfrenta una serie de problemas urgentes que afectan la calidad de vida de los regiomontanos. La crisis de movilidad, la creciente contaminación, la falta de transparencia en el manejo del agua y la situación de inseguridad continúan siendo temas cruciales que, para muchos, no han sido abordados de manera efectiva por el gobierno de Samuel García.

El Mundial no es responsabilidad del Estado
Aunque Samuel García se ha estado presentando como el principal responsable de la preparación de Nuevo León para el Mundial 2026, la realidad es que la organización de este evento recae en el municipio de Monterrey. La sede y la gestión del evento mundialista están bajo la administración del alcalde de Monterrey, quien tiene el acuerdo directo con la FIFA para albergar los partidos.
Este hecho ha sido ignorado por el gobernador, quien ha intentado posicionarse como el líder de la organización, usándolo como una herramienta política para fortalecer su imagen ante los ciudadanos. Sin embargo, este intento de apropiarse de los logros del municipio de Monterrey ha sido criticado, pues no solo está desinformando a la población, sino que también está desviando la atención de los verdaderos problemas que enfrentan los habitantes de Nuevo León.
Una estrategia para desviar la atención
Muchos analistas y críticos han señalado que esta narrativa del gobernador no es más que una cortina de humo. Mientras Samuel García se enfoca en el Mundial como un logro de su administración, la población sigue lidiando con crisis como la creciente contaminación del aire, que está directamente relacionada con un aumento en las enfermedades respiratorias, y la crisis de movilidad, que hace que los regiomontanos pierdan cada vez más tiempo en el tráfico.
El gobierno estatal ha mostrado pocas acciones efectivas para resolver estos problemas, lo que ha generado frustración entre los ciudadanos. La falta de un plan sólido y efectivo para mejorar la calidad de vida en Nuevo León es uno de los puntos más críticos en la gestión de Samuel García, mientras que los logros relacionados con el Mundial parecen más bien una estrategia para ganar popularidad a costa de los esfuerzos de otros.
La falta de acción en temas cruciales
En lo que respecta a la gestión del gobierno estatal, los problemas que aquejan a Nuevo León siguen sin resolverse. La movilidad es uno de los mayores retos para los regiomontanos, con los tiempos de traslado en la ciudad siendo cada vez más largos, lo que afecta la productividad y la calidad de vida de los habitantes. Además, la inseguridad y el aumento de enfermedades respiratorias debido a la contaminación continúan siendo preocupaciones constantes, mientras el gobernador parece más interesado en proyectar la imagen de un gobierno que está “preparado” para el Mundial.
La falta de transparencia en el manejo de recursos públicos también ha sido un tema que ha causado malestar. En especial, el manejo de los 27 mil millones de pesos destinados a Agua y Drenaje de Monterrey, que sigue siendo un tema oscuro para muchos ciudadanos. Mientras tanto, el gobernador sigue haciendo promoción sobre su “gestión” del Mundial, sin abordar directamente estos problemas que afectan a los regiomontanos día a día.
La imagen de Samuel García frente a la realidad
El Mundial de 2026 es una oportunidad importante para Monterrey, y las autoridades locales han hecho todo lo posible para garantizar que la ciudad esté preparada. Sin embargo, el gobernador Samuel García ha intentado apropiarse de los logros de la organización como parte de su estrategia política, algo que ha generado una gran cantidad de críticas. Mientras él se concentra en promover el evento, los problemas reales del estado siguen siendo ignorados.
El hecho de que el gobierno estatal no tenga control directo sobre la organización del Mundial, pero se presente como el principal impulsor, demuestra la desconexión entre la imagen pública que está proyectando el gobernador y la realidad que enfrentan los ciudadanos. Mientras Samuel García sigue promoviendo el evento como un logro de su gestión, las crisis locales continúan sin solución y la población espera acciones concretas que mejoren su calidad de vida.
El gobierno estatal necesita demostrar que está trabajando para resolver los problemas reales de Nuevo León, y no solo para ganar protagonismo con eventos que no están bajo su control. Mientras tanto, el trabajo de las autoridades municipales en Monterrey debe ser reconocido, ya que son ellos quienes realmente tienen la responsabilidad de la organización del Mundial 2026.
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