Mientras las cifras oficiales de violencia en Nuevo León correspondientes a mayo aún no han sido publicadas, el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, ya aseguró que dicho mes fue el mejor en ocho años. Sin embargo, los datos disponibles muestran otra realidad: más de mil homicidios dolosos han sido registrados tan solo en lo que va del año.
Este contraste entre lo que dice el gobernador y los datos disponibles ha despertado inquietud entre especialistas y ciudadanos, pues no solo se trata de una afirmación sin respaldo oficial, sino que también ignora el contexto general de violencia que afecta al estado desde hace varios años.
El recuento de los daños de junio de la violencia en Nuevo León
La violencia volvió a sacudir a Nuevo León al cierre de junio, cuando se registraron ocho homicidios en un solo día, convirtiéndose en la jornada más violenta del mes. A pesar de que junio finalizó con 62 asesinatos en total, este pico de violencia dejó claro que el problema sigue latente y sin contención real.
Con esta cifra, la entidad se colocó como la tercera con más homicidios en esa jornada, superada solo por Sinaloa y Guanajuato. Este repunte contrasta con el discurso oficial que presume avances en materia de seguridad, pero que no se traduce en tranquilidad para la población.
Mientras los números aumentan, el gobierno estatal encabezado por Samuel García continúa sin presentar una estrategia efectiva y concreta para detener la violencia. La falta de resultados visibles alimenta la desconfianza ciudadana y exige medidas inmediatas, no solo declaraciones y promesas que no se cumplen.

El discurso oficial anticipa los datos
El 1 de junio, Samuel García publicó un video en redes sociales en el que celebró lo que, según él, fue un mes exitoso en materia de seguridad. Aseguró que los medios no difundirían la noticia y que por eso él lo informaba directamente a la ciudadanía.
La realidad es que ni el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ni la Fiscalía de Nuevo León habían publicado cifras de mayo al momento de la declaración. La actualización más reciente cubre hasta abril, y no será hasta el 20 de junio que se podrá saber si lo dicho por el gobernador es cierto o no.
Berrinche y devastación.
— Jesús Rubén Peña (@revistacodigo21) June 4, 2025
A Samuel García le falló Operación Acordeón, no pudo colar favoritos a SCJN y no votó en elección PJ porque regios la desairaron.
Mientras trae asuntos anti ecológicos en Guadalupe.
Parque del Agua y 13 torres junto a Estadio de Rayados y Río La Silla. pic.twitter.com/63OC0lARq7
La violencia en números
Mientras tanto, lo que sí puede verificarse es que más de mil homicidios dolosos se han cometido en Nuevo León en lo que va del año, una cifra que refleja una tendencia al alza en comparación con años anteriores. El incremento de asesinatos en el estado ha sido del 82% en los últimos cinco años, según datos oficiales disponibles.
Este repunte de la violencia contradice de manera frontal el discurso que busca instalar el mandatario, quien parece ignorar que los delitos de alto impacto siguen afectando a miles de familias, particularmente en zonas urbanas donde se concentra la mayoría de los casos.
Dudas sobre la estrategia de seguridad de Samuel García
Frente a esta disparidad entre el discurso oficial y la realidad documentada, surgen dudas legítimas sobre la estrategia de seguridad implementada por el gobierno de Nuevo León. Hasta ahora, no se han presentado medidas claras ni resultados verificables que permitan afirmar que existe una disminución sostenida de la violencia.
La militarización de ciertas zonas, las operaciones conjuntas con fuerzas federales y los anuncios constantes en redes sociales no han logrado contener la percepción de inseguridad. Tampoco se han atendido de fondo las causas estructurales de la violencia, como la falta de prevención, de justicia pronta y de atención a víctimas.
Narrativa política versus violencia en Nuevo León
El caso de mayo no es aislado. A lo largo de su gestión, Samuel García ha hecho uso frecuente de frases como “vamos bien” o “Nuevo León está en su mejor momento”, muchas veces sin que exista información pública suficiente que respalde sus declaraciones.
Este patrón ha generado molestia entre sectores académicos y ciudadanos, quienes reclaman al mandatario una postura más responsable y apegada a los hechos. La seguridad pública no puede medirse por sensaciones ni usarse como argumento de autopromoción: debe basarse en evidencia sólida y en una comunicación transparente con la población.
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