La tierra continúa presentando actividad en el municipio de Montemorelos, en la región citrícola de Nuevo León. Tras el sismo de magnitud 4.5 que sorprendió a la población el pasado domingo 11 de mayo, este martes se reportó un nuevo microsismo en la misma zona, confirmando que la actividad telúrica persiste en el área.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional, el nuevo evento se registró el 14 de mayo a las 15:05 horas, con una magnitud de 2.7 grados en la escala de Richter. El epicentro fue ubicado a 12 kilómetros al sureste del municipio y a una profundidad de 10 kilómetros.
A diferencia del sismo principal y de otras réplicas de mayor intensidad que se han registrado desde el domingo, este último movimiento fue prácticamente imperceptible para la población. Su baja magnitud hizo que no se sintiera con claridad, ni generara alarma entre los habitantes de la zona ni en municipios cercanos.
Actividad sísmica posterior al evento del 11 de mayo
Este nuevo microsismo se suma a una serie de réplicas que han ocurrido desde el temblor original de 4.5 grados, registrado la noche del domingo 11 de mayo. Aquel evento fue sorpresivo para gran parte de los habitantes de Nuevo León, una entidad que históricamente no ha sido considerada como zona sísmica activa, aunque los registros recientes comienzan a modificar esa percepción.
Hasta el 12 de mayo, es decir, un día después del sismo principal, el Sismológico Nacional ya contabilizaba al menos siete réplicas con magnitudes superiores a los 3.0 grados. Aunque no causaron mayores afectaciones, sí fueron perceptibles en diversas zonas de la región citrícola e incluso más allá, como en áreas del estado de Coahuila.
El movimiento registrado este martes representa uno de los temblores con menor intensidad en la secuencia sísmica detectada en la zona. Su aparición no debe ser motivo de alarma, explican los especialistas, ya que forma parte de un patrón esperable tras un sismo de magnitud moderada como el del 11 de mayo.
Las autoridades de Protección Civil han mantenido vigilancia constante en la región y, hasta ahora, no se han reportado daños materiales ni personas lesionadas como consecuencia de estas réplicas. Sin embargo, se mantiene la recomendación de estar atentos y seguir las indicaciones de prevención en caso de nuevos movimientos.
¿Por qué siguen ocurriendo réplicas en Montemorelos?
Las réplicas son fenómenos naturales que se presentan después de un sismo principal. Se trata de movimientos de menor magnitud que ocurren en la misma zona de ruptura donde se liberó energía sísmica, como una forma de reajuste de las placas tectónicas tras el evento inicial.
Estas réplicas pueden variar en cantidad e intensidad, dependiendo de múltiples factores como la profundidad del sismo principal, la magnitud del mismo, la estructura geológica del subsuelo y el comportamiento de las fallas activas en la región. No es raro que, tras un temblor significativo, se presenten múltiples réplicas durante días o incluso semanas.
En el caso de Montemorelos, la ocurrencia de varios sismos posteriores al evento del 11 de mayo es un comportamiento esperado dentro de la dinámica sísmica. Expertos de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL ya han señalado anteriormente que la región citrícola ha mostrado una mayor frecuencia de sismos en los últimos años, aunque estos suelen ser de baja magnitud.
El hecho de que algunos de estos movimientos pasen desapercibidos entre la población no significa que no existan. El monitoreo sísmico permite detectar movimientos que, aunque imperceptibles, ayudan a comprender mejor la actividad geológica de la zona y permiten evaluar riesgos futuros.
Sismos menores, pero no irrelevante
Si bien la mayoría de las réplicas suelen ser de menor magnitud que el sismo principal, esto no significa que deban ser ignoradas. En ciertas condiciones, una réplica puede causar afectaciones si se presenta en una zona con estructuras ya debilitadas por el sismo original. Aunque este no ha sido el caso en Montemorelos, las autoridades llaman a no bajar la guardia.
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