La crisis de violencia en Nuevo León 2025 ha dejado en evidencia la distancia entre los discursos oficiales y la realidad. Bajo el gobierno de Samuel García, los homicidios se dispararon, los enfrentamientos se multiplicaron y el miedo regresó a las calles. Este año, el llamado “modelo de seguridad” parece haber colapsado bajo el peso de sus propias cifras.
Promesas De Seguridad Frente A Un Nuevo Récord De Violencia
Lo que comenzó como una promesa de transformación se convirtió en una estadística alarmante. En lo que va del 2025, Nuevo León acumula más de 600 asesinatos, y solo en abril se registraron 92 homicidios, el mes más sangriento del año.
El 2024 ya había marcado un precedente al cerrar con 1,595 homicidios, posicionándose como el segundo año más violento desde 2011. Lejos de revertir la tendencia, las cifras confirman que la estrategia estatal no está funcionando.
Mientras tanto, el gobernador Samuel García insiste en que Nuevo León “va primero en seguridad”, pero las calles, los enfrentamientos y los números oficiales cuentan una historia completamente distinta.
Los Municipios Donde La Violencia No Da Tregua
El mapa de la violencia revela zonas críticas. Municipios como Montemorelos, Doctor Coss, Allende, Cadereyta, Vallecillo, Linares y Mina concentran buena parte de los enfrentamientos y ejecuciones.
Solo en Montemorelos, 24 personas fueron abatidas en operativos durante los primeros meses del año; en Doctor Coss, 20 más. Otros municipios, como Galeana, Salinas Victoria y General Bravo, también reportan varios casos.
Estos números no incluyen los abatidos en operativos, lo que significa que la cifra real podría ser aún más alta. Las víctimas no siempre aparecen en los registros oficiales, lo que genera un subreporte que distorsiona la magnitud de la crisis de violencia en Nuevo León.
Enfrentamientos, Bloqueos Y El Regreso Del Miedo
El 2025 ha sido escenario de múltiples tiroteos y ataques armados. El 22 de agosto, en Doctor Coss, un enfrentamiento entre Fuerza Civil y presuntos sicarios dejó 12 muertos. Semanas antes, el 18 de julio, otro choque armado entre policías y criminales terminó con 8 abatidos y varios “monstruos” —vehículos blindados— decomisados.
Apenas en marzo, el 24 de ese mes, Fuerza Civil abatió a otros 8 presuntos delincuentes en Montemorelos. Estos episodios, lejos de ser aislados, se han vuelto parte del día a día.
Los ciudadanos sienten que los viejos tiempos de violencia están de regreso. Las balaceras, los bloqueos y los hallazgos de cuerpos han devuelto a la población el miedo que se creía superado hace una década.

Promesas Que No Blindan A Nadie Ante La Crisis De Violencia En Nuevo León
Los homicidios aumentaron, las detenciones disminuyeron y la percepción de inseguridad sigue creciendo. De acuerdo con expertos, el problema no está solo en las cifras, sino en la falta de rumbo claro en la estrategia: la improvisación, la rotación constante de mandos y la prioridad de la imagen sobre los resultados.
Mientras el gobierno destina recursos a campañas de promoción, los cuerpos policiales operan con limitaciones. Incluso algunos agentes han señalado deficiencias en equipamiento y protocolos, lo que incrementa su vulnerabilidad ante grupos delictivos.
El Discurso Triunfalista Y La Desconfianza Ciudadana
El contraste entre el discurso y la realidad ha generado molestia. En conferencias y redes sociales, el gobernador asegura que la “nueva seguridad de Nuevo León” es ejemplo nacional. Sin embargo, la ciudadanía lo desmiente con datos y testimonios.
Cada día aparecen más denuncias de extorsiones, ejecuciones y desapariciones, mientras el gobierno insiste en que la violencia está “controlada”. La confianza pública se deteriora, y las encuestas reflejan un creciente desencanto con la narrativa oficial.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿cómo puede un estado con más de 600 asesinatos presumir que encabeza la seguridad nacional?
Los Ecos De 2012: Un Deja Vu De Violencia En El Estado
Las cifras y los escenarios actuales evocan el fantasma del 2012, cuando Nuevo León vivió uno de los años más oscuros de su historia reciente. Lo preocupante es que ahora ocurre bajo un gobierno que prometió ser “diferente” y “moderno”.
El 2025 podría superar los números de aquel periodo si la tendencia continúa. La violencia se ha extendido más allá de las zonas rurales, alcanzando áreas urbanas de Escobedo y Juárez.
Lejos de una estrategia preventiva, el estado parece reaccionar ante la crisis de violencia en Nuevo León con improvisación y propaganda. El resultado: más víctimas, más miedo y menos confianza.
La Ironía Del “Primero En Seguridad”
El lema con el que Samuel García ha intentado posicionarse como ejemplo nacional en seguridad se ha convertido en motivo de burla e indignación. Las cifras lo contradicen y las calles lo confirman.
El 2025, que debía consolidar un modelo exitoso de protección ciudadana, quedará marcado como el año del récord rojo. Un año en el que Nuevo León demostró que las promesas no blindan, los discursos no protegen y la realidad siempre termina por imponerse.
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