La celebración anual de El Buen Fin en México se prepara para su edición número 14, proyectando una significativa inyección económica de aproximadamente 165 mil 500 millones de pesos, lo que representa un incremento del 10% en comparación con el año anterior. Este evento de compras, que se llevará a cabo del 15 al 18 de noviembre, es la campaña de descuentos más esperada del año y promete, una vez más, atraer a millones de consumidores gracias a las ofertas especiales de miles de negocios.
Aumento de la derrama económica en 2024
En comparación con los 150 mil 500 millones de pesos generados en 2023, se espera que El Buen Fin 2024 alcance una derrama económica de 165 mil 500 millones de pesos, lo que se traduce en un crecimiento del 10%. Este incremento es resultado del impacto acumulado de la iniciativa, que ha ido ganando relevancia en el mercado mexicano desde su primera edición. Tanto el gobierno como el sector empresarial consideran esta campaña un medio efectivo para impulsar la economía, fomentar el consumo y, al mismo tiempo, brindar alivio a los bolsillos de los consumidores mediante importantes descuentos.
El aumento proyectado no solo refleja el éxito y la popularidad que El Buen Fin ha alcanzado en la cultura de consumo en México, sino que también sugiere un entorno económico donde los negocios y los consumidores están dispuestos a participar activamente. A lo largo de 14 ediciones, esta iniciativa ha sido un motor que impulsa al comercio local y al sector turístico, atrayendo ventas en tiendas físicas y plataformas digitales.
La edición de este año es especialmente importante, ya que se da en un contexto de recuperación económica, donde el consumo interno y la actividad comercial juegan un rol fundamental en la estabilidad financiera del país. El Buen Fin se presenta, entonces, no solo como una oportunidad de compra, sino como un evento clave para el crecimiento económico, al atraer a miles de empresas que buscan beneficiarse de las ventas en este fin de semana largo.
Crecimiento en el número de empresas participantes
Para 2024, se espera la participación de cerca de 190 mil empresas, un número que representa un aumento significativo respecto a años anteriores. Estas empresas, que abarcan sectores variados como comercio, servicios y turismo, ven en El Buen Fin una oportunidad invaluable para captar la atención de nuevos clientes y fidelizar a aquellos que ya conocen sus productos. La diversidad de sectores involucrados en el evento subraya la amplitud del impacto económico de El Buen Fin, beneficiando a una extensa variedad de negocios, desde grandes cadenas de tiendas departamentales hasta pequeños comercios locales.
El Buen Fin se ha convertido en una plataforma efectiva de exposición para negocios que, durante el resto del año, no cuentan con la misma visibilidad o el mismo flujo de clientes. La edición de este año también incluirá nuevas estrategias de venta, como alianzas con plataformas de comercio electrónico y servicios de entrega, permitiendo que los negocios lleguen a consumidores que prefieren realizar sus compras desde la comodidad de sus hogares.
Dentro de los 190 mil negocios que participarán en el evento, se estima que unos 4.8 millones de unidades económicas se beneficiarán de manera directa o indirecta. Los sectores que verán mayor impacto incluyen tiendas departamentales, hoteles, hospedajes por aplicaciones, restaurantes, agencias de viajes, y el sector de transportes, entre otros. Esta diversidad no solo incentiva un mayor flujo de ventas, sino que también genera empleo y promueve la dinamización de distintos sectores económicos.
Ofertas y descuentos para todos los bolsillos
Uno de los atractivos más esperados de El Buen Fin son las ofertas y descuentos, que en 2024 serán de entre 20% y 70% en una amplia gama de productos. Las promociones no solo estarán presentes en artículos de temporada, sino también en inventarios que las empresas buscan liberar antes de fin de año. Muchos negocios optarán por ofrecer precios reducidos en productos que, durante el resto del año, se han mantenido en inventario sin lograr colocarse en el mercado, lo cual genera una especie de “remate” para el consumidor.
Además de los descuentos directos, las empresas ofrecerán facilidades de pago mediante meses sin intereses en compras con tarjeta, lo cual permite que los consumidores adquieran productos de mayor valor con pagos diferidos. Esta estrategia de pago es especialmente popular en artículos como electrónicos, electrodomésticos y muebles, que representan inversiones significativas para las familias mexicanas. La inclusión de promociones como cupones de descuento es otro incentivo, ya que permite que los compradores acumulen mayores ahorros o reciban beneficios adicionales en futuras compras.
La combinación de descuentos en precios y facilidades de pago convierte a El Buen Fin en una oportunidad para que los consumidores adquieran bienes y servicios que, en otros periodos del año, serían menos accesibles económicamente. Además, los meses sin intereses también funcionan como un mecanismo de fidelización, pues muchos consumidores prefieren aprovechar estas condiciones antes que comprar en otros momentos del año.
Beneficios para el comercio local y el turismo
El Buen Fin también genera un impacto positivo en sectores económicos locales que, tradicionalmente, no atraen la misma afluencia de clientes que las grandes cadenas comerciales. Este fin de semana largo es una ocasión para que el comercio local ofrezca sus productos a precios competitivos, lo cual contribuye a su sostenibilidad y crecimiento. Además, muchos negocios aprovechan para diversificar sus estrategias de venta, organizando promociones exclusivas, ofreciendo entregas a domicilio o mejorando la experiencia de compra en línea para adaptarse a las preferencias de los consumidores.
El sector turístico también experimenta un auge durante El Buen Fin, especialmente en los giros de hotelería, restaurantes y servicios de transporte. Al tratarse de un fin de semana largo, muchas familias optan por aprovechar los descuentos y realizar viajes cortos dentro del país, contribuyendo así a la ocupación hotelera y al gasto en restaurantes y servicios turísticos. Este impacto en el turismo es particularmente beneficioso para ciudades y destinos que dependen del turismo interno, ya que se activa una cadena de consumo que involucra múltiples negocios y servicios.
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